San
Cristóbal, 05 de abril de 2013
Querida María Gabriela, decidí escribirte esta carta hoy,
a un mes de la partida inesperada de nuestro gran LÍDER eterno, porque sentí la
necesidad de expresarte cuanto amo y amaré a tu papi, a nuestro GIGANTE, a Hugo
Rafael Chávez Frías.
Nunca pude expresarle, personalmente,
mi gran admiración, nunca pude darle un abrazo o quizás estrecharle la mano,
nunca pude, María, agradecerle por TODO lo que hizo, por enseñarnos a AMAR, por
darle tanta felicidad al pueblo, ¡a su Patria querida!
En mi vida jamás imaginé amar tanto a un ser humano, sin conocerlo personalmente, pues con sólo escucharlo, verlo, leerlo, ya era más
que suficiente, y es que entendí que ese hombre (tu eterno amor) era un ser
inigualable, sus pensamientos, sus ideas, eran tan sorprendentes que logró
calar en el corazón de millones de personas a nivel mundial. ¡Qué dolor siento
al escribir estas palabras! Pues se nos fue la inteligencia más grande que ser
humano alguno haya tenido, claro, después de Cristo y Bolívar.
María, la María del Comandante y
ahora nuestra María, te confieso que desde aquel 05 de marzo no he dejado de
pensarlo, de extrañarlo, de llorarlo. A veces siento tristeza, otras veces
rabia, es raro, lo sé, pero así me siento, no puedo aceptar todavía que mi
Presidente eterno se fue, su legado está más vivo que nunca, la lucha sigue,
si, es verdad, pero el dolor también.
Sin embargo María, hay algo que también quiero
confesarte, en medio de todos estos sentimientos, te observo, te leo, y ahí
está él, verte a ti es ver a Hugo Chávez, lo siento en cada palabra que
escribes y que dices (aunque sea poco lo que hablas) y me siento un poquito
mejor; tienes un “no sé qué” que me hace admirarte, que me hace quererte, eres
grande, eres un pedacito de él, de ese hombre a quien toda mi vida soñé con
tenerlo cerca para al menos decirle, gritarle: ¡TE AMO!.
Querida María Gabriela, la verdad estas líneas no son
suficientes para TODO lo que me gustaría expresarte, pero tengo la firme convicción
que algún día (no muy lejano) te conoceré personalmente para así decirte tantas
cosas, para desahogarme, y ese día María, ¡ese día!, también estará presente mi
gran Líder, mi Presidente eterno, y mi sueño por fin se hará realidad.
Por ahora me despido, deseando que leas esta humilde
carta, de una joven que le juró LEALTAD ABSOLUTA al Comandante Chávez allá en
la casa de los sueños azules, en su amada Academia Militar; María desde mi
corazón te lo digo: ¡cuenta conmigo! pues lucharé por defender el hermoso legado
de tu padre hasta el ultimo día de mi vida, porque simplemente estoy ORGULLOSA
de haber tenido el privilegio de vivir en los tiempos de Hugo Chávez, Dios te
bendiga querida hermana.
¡Hasta la victoria siempre!
P.D:
De verdad te quiero conocer J
Reyna
J. Araque C.
@Reyna_Araque
"LEALTAD ABSOLUTA al Comandante Chávez
ResponderEliminar¡Hasta la victoria siempre!